BALIKÚ

Dragón de los andes, se sumerge a través de la tierra humana, para encontrar lo mas precioso de ti, el cristalino centro de donde la esencia emana.

En las profundidades existen cuevas minerales,
en aquellas cuevas habitan seres inmortales.
Ahí debajo, sobre las rocas de experiencia,
monumentales bloqueos energéticos
impiden el fluir de los encuentros magnéticos.
El caudal ha colapsado, el agua se ha estancado.
Adentro, abajo en el fondo, la creatividad ha cesado.
El Dragón, afuera, huele la tierra humana,
al cristal esencial que ha de llegar
siguiendo lo que escasamente emana.
Se sumerge en los bloqueos tectónicos,
los mueve con los instintos salvajes atómicos.
Cuando se tricen las pieles de piedra
saldrá con fuerza lo que da vida a la hiedra.
La creatividad que viene en nuestra esencia.